Hola primero me presentaré. Mi nombre es Santiago I. G., tengo 37 años, estoy casado y tengo dos niñitas. Estoy loco por la gasolina en general y por los Ferraris en particular. Recientemente compré un Ferrari F355 siniestrado en Alemania que pretendo restaurar y además me gustaría que el siguiente blog sea un diario de la reparación del mismo, si queréis ver como evoluciona la restauración no tenéis nada más que entrar periódicamente en este blog. Por otro lado también os indicaré las gestiones oportunas que realizaré para matricularlo en España. Con esta información que os daré vosotros mismos os podéis traer el coche que queráis y legalizarlo en España. A la dereccha vereis como cual es el comienzo de mi sueño.
Antes de nada escribiré como nace el sueño que ahora ya es una casi realidad.
Os voy a contar un pequeño sueño que tenia desde pequeño. Los coches siempre me gustaron, siempre me gustó ir contra corriente y cuando todos eran del Real Madrid yo era del Barça, en automovilismo cuando todos eran de Ferrari yo era de Lamborghini pero buscando repercusión deportiva de Lambo nunca encontraba nada, esto me desanimó. Con 15 años quedé marcado por una serie que los más jóvenes no creo que recuerden, era “Mágnum P.I.”, un día viendo la tele apareció en esta serie un coche del que quedé enamorado, era el FERRARI 308 GTS (GTS de Targa) rojo que el “guaperas” Mágnum le cogía regularmente al mayordomo Higgins que era el encargado del cuidado de la mansión y de los bienes del benefactor Robin.
Esto provocó en mi interior un enamoramiento que hoy en día todavía me lleva a hacer alguna locura. A partir de ahí yo sería incondicional de Ferrari y de su modisto estrella Pininfarina, incluso era incondicional cuando en la Fórmula 1 de los años 80 los Ferraris eran una patata, o rompían siempre o se quedaban sin gasolina, que se lo digan a Prost (joder la competencia llevaba V10 y ellos obstinados en llevar el V12 que consumía la ostia.). Hoy en día soy una persona con objetivos claros, paciente y a la vez perseverante debido a que con 15 años me prometí que algún día tendría un FERRARI.
Me gustaban tanto los coches deportivos que quería ser colega de Pininfarina, busqué la manera de estudiar diseño de automóviles, pero en mi época de dejar el instituto y comenzar una carrera la única posibilidad era ir a California (USA), además debía ser una lumbrera en los estudios. Mi familia no tenía grandes posibilidades económicas y además yo no era ninguna lumbrera por eso decidí adaptar mis deseos a la realidad de la vida y entonces estudié ingeniería, hoy soy ingeniero y trabajo en una fábrica de automóviles.
En 1994, ya como estudiante de ingeniería, se presentó el Ferrari F355, tenía rasgos del 308 y 328 pero con proporciones del 348. En ese momento yo me enamoré de ese coche, era muy ancho, muy bajo, ligero, con faros retractiles, motor central de 380CV con 3.496cc, arquitectura V8 y el primer coche del mundo en, siendo atmosférico, sobrepasar la barrera de los 100CV/litro (en los años 90 Honda lo consiguió con el Civic de 160CV y menos de 1600cc utilizando la tecnología VTEC y BMW lo consiguió con posterioridad con su siempre espectacular M3). Mi sueño empezaba a tomar forma, ya sabía como se iba a llamar mi criatura, F355 Berlinetta.
Durante mi época oscura de estudiante, joder que difícil era la carrera, y que poco éxito tenía con las tías, se presentaba en Portugal el Ferrari 550 Maranello, V12 de motor delantero, IL Comendatore decía siempre que aunque sea más eficaz un motor central trasero los caballos debe tirar siempre del caballero. Junto con un amigo que se llama Suso fuimos a Esposende donde la sorpresa fue mayúscula, no sólo se presentaba el Ferrari 550 en la discoteca Pacha de Ofhir sino que además había una concentración de ferraris de todas la épocas, yo estaba loco, se veían ferraris por todas partes, Testarrossa, 348, 355, Dino, 308, 265, GTO, 250GT, ¡¡¡joder un F40 me estaba adelantando!!!. Lo que miré esa noche en el aparcamiento de la discoteca nunca lo vi hasta ahora en ningún sitio.
Acabada la carrera de ingeniero y ya con novia (a posteriori comprobaría que aunque me costó conseguir novia, al final conseguí una joya que muchos maridos quisieran para si), rápido le hice saber mi gusto por las carreras de coches, a ella le gustaban pero no le apasionaban. Cuando le dije el 19 de febrero de 1998 que yo iba a tener un Ferrari se rió de mí y más tarde en mi 30 cumpleaños me regaló una cartera de cuero Schedoni rojo original de Ferrari para que fuera ahorrando. Por aquel entonces ella iba tomando conciencia porque yo lejos de olvidarme de mi locura iba haciendo cosas que una persona normal dejaría de hacer con la edad. Tuve pocos coches pero siempre de gasolina y siempre con look deportivo, el primero era un VW POLO GT con el motor de inyección multipunto más pequeño del mercado, eran 1272cc de 80CV, el motor andaba de puta madre pero la suspensión no era buena aunque mejoró la ostia con muelles Eibach y amortiguadores Selex, luego lo cambié por un Peugeot 306 GTI de 6 velocidades con suspensión PTS que todavía conservo en perfecto estado de uso.
Yo seguía concienciando a mi mujer de que tendría un Ferrari y ya con dos niñitas todo el mundo me decía que de sueños también se vive, y es cierto, con 37 años una hipoteca y dos niñas lo lógico sería abandonar pero entonces recordé que podía adaptar mis deseos a la realidad de la vida y además tenía una ayuda ideal para una persona atada a su destino, era Internet, ahí empecé a buscar un F355 de segunda mano pero no bajaban de 60.000€ con lo cual la cosa no mejoraba mucho, en Alemania había una porrada de ellos.
Mi mujer viendo mi determinación un día me dijo “sabes Santi, te veo tan obsesionado con tu sueño que no se cuando lo conseguirás pero sí se que tarde o temprano tú tendrás un Ferrari”.
