miércoles, 26 de agosto de 2009
CHUTE DE TENACIDAD
Como la burocracia es exasperadamente lenta y además estamos en
Agosto todavía no tengo las matrículas verdes, espero que este sea el
último chute de tenacidad que me tenga que meter en vena. Por ello
aproveché este impás de tiempo y desmonté las pinzas de freno, esta semana
las llevaré a pintar de rosso corsa, en esta operación he tenido como
ayudante a mi hermano Alex, entre ambos y con el coche en el suelo lo
hicimos más rápido, es agradable de vez en cuando trabajar con alguien
porque en solitario no tenía con quien intercambiar impresiones y además en
los problemas siempre se llega a una mejor solución.
En general no me desagrada trabajar sólo pero si es verdad que me
gustaría tener compañía esas largas noches que echaba hasta las 3 de la
madrugada debajo del coche teniéndome que levantar a las 7.00h, esas noches
en las que pinté los bajos y coloqué las tuberías del equipo de extinción
con el agravante de no utilizar el elevador estarán gravadas en mi mente de
por vida. En fin, son vivencias que nos van enriqueciendo y que quedarán en
el olvido como la cara más sacrificada y oculta de la restauración. A nadie
que al final me vea circular con el coche se le ocurrirá pensar estas
circunstancias, por el contrario habrá mucha gente que lo primero que le
vendrá a la mente serán los sucios negocios en los que puedo estar metido o
la suerte de nacer en una cuna adinerada, no los puedo culpar porque yo así
lo pensaba cuando hace tiempo veía un inalcanzable Ferrari.
Agosto todavía no tengo las matrículas verdes, espero que este sea el
último chute de tenacidad que me tenga que meter en vena. Por ello
aproveché este impás de tiempo y desmonté las pinzas de freno, esta semana
las llevaré a pintar de rosso corsa, en esta operación he tenido como
ayudante a mi hermano Alex, entre ambos y con el coche en el suelo lo
hicimos más rápido, es agradable de vez en cuando trabajar con alguien
porque en solitario no tenía con quien intercambiar impresiones y además en
los problemas siempre se llega a una mejor solución.
En general no me desagrada trabajar sólo pero si es verdad que me
gustaría tener compañía esas largas noches que echaba hasta las 3 de la
madrugada debajo del coche teniéndome que levantar a las 7.00h, esas noches
en las que pinté los bajos y coloqué las tuberías del equipo de extinción
con el agravante de no utilizar el elevador estarán gravadas en mi mente de
por vida. En fin, son vivencias que nos van enriqueciendo y que quedarán en
el olvido como la cara más sacrificada y oculta de la restauración. A nadie
que al final me vea circular con el coche se le ocurrirá pensar estas
circunstancias, por el contrario habrá mucha gente que lo primero que le
vendrá a la mente serán los sucios negocios en los que puedo estar metido o
la suerte de nacer en una cuna adinerada, no los puedo culpar porque yo así
lo pensaba cuando hace tiempo veía un inalcanzable Ferrari.
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