No pude perder la oportunidad que había en Vigo para poder tocar con mis propias manos un F1. Aunque era una unidad del 2013 lo cierto es que se podía observar la inmensa cantidad de avances tecnológicos aplicados sobre un coche con el fin de ir a la máxima velocidad posible sobre el asfalto.
Tampoco pude resistirme a tocar el volante, lo cierto es que si se piensa friamente no es más que tocar un pedazo de material ultrasofisticado, pero después si piensas en los sentimientos anexos a dicho objeto es cuando empiezas a sentir emociones, llegados a este punto me he dado cuenta de la importancia de la empatía para comprender a otros.
Voy a parar aquí porque el terreno de la filosofía es demasiado profundo para este blog, aunque si es verdad que estamos falta de ella en la sociedad actual.
Os dejo las fotos que han provocado este tiempo de introspección.
1 comentario:
Muy bueno! yo tuve la suerte hace años de subirme en un F2003 ex barrichello y fue un momento inolvidable
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